Identidad y alcance
La lengua es el sistema estructurado de signos lingüísticos compartido por una comunidad, que permite la codificación y decodificación de mensajes dentro del proceso comunicativo. Se constituye como un recurso social, cultural y simbólico que organiza la expresión y comprensión de ideas, emociones y conocimientos. Su identidad se fundamenta en la capacidad de ser un código común que posibilita la interacción humana y la construcción de significados colectivos.
Función comunicativa
La lengua asegura que los mensajes puedan transmitirse de manera coherente y comprensible entre emisor y receptor. Se manifiesta en reglas gramaticales, léxicas y fonéticas que regulan la producción y recepción de discursos. Además, la lengua es dinámica: se transforma con el tiempo, se adapta a nuevos contextos y se enriquece con la diversidad cultural y tecnológica. Su función es garantizar la inteligibilidad y la cohesión social a través de la comunicación.
Evolución y responsabilidad
En la era contemporánea, la lengua se expande hacia entornos digitales y globales, donde convive con múltiples lenguas y variantes, generando fenómenos como el bilingüismo, la hibridación lingüística y la creación de nuevos códigos (emojis, hashtags, abreviaturas digitales). Desde la visión del Colcombc, la lengua no es solo un instrumento técnico, sino un patrimonio cultural y social que debe ser preservado, promovido y adaptado para fortalecer la inclusión, la diversidad y la participación democrática.
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