Identidad y alcance
La decodificación es el proceso mediante el cual el receptor interpreta y otorga significado al mensaje recibido, transformando los signos y símbolos codificados por el emisor en ideas, pensamientos o información comprensible. Constituye la fase complementaria de la codificación dentro del acto comunicativo, asegurando que el mensaje cumpla su propósito y se integre en la experiencia del receptor.
Función comunicativa
La decodificación garantiza que los mensajes no se perciban como simples señales, sino como narrativas con sentido. Implica reconocer el código utilizado, interpretar la intención del emisor y contextualizar el mensaje dentro de la situación comunicativa. Este proceso no es pasivo: el receptor aporta su bagaje cultural, lingüístico, social y tecnológico, lo que influye en la manera en que el mensaje es comprendido y retroalimentado.
Evolución y responsabilidad
En la era contemporánea, la decodificación se amplía hacia entornos digitales y transmedia, donde los mensajes se reciben en múltiples formatos —texto, imagen, audio, video, datos interactivos— y requieren competencias críticas para ser interpretados adecuadamente. La responsabilidad ética del receptor radica en discernir la veracidad, pertinencia y credibilidad de los mensajes, evitando la desinformación y fortaleciendo la comunicación como fenómeno humano y social. Desde la visión del Colcombc, la decodificación es más que un acto de interpretación: es un ejercicio cultural y crítico que conecta al receptor con el emisor, consolidando la comunicación como proceso dinámico y transformador.
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