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Fernando Ocegueda exige acción ante la crisis de personas desaparecidas en Baja California

En Baja California hay 17,306 personas desaparecidas, expuso el maestro Fernando Ocegueda Flores, fundador de la Asociación Unidos por los Desaparecidos, durante la conferencia de prensa organizada por el Colegio de Comunicólogos de Baja California que preside el maestro Isaías Plascencia Rosales.

“La desaparición de una persona no puede tratarse como un trámite administrativo”, expresó el activista durante el ejercicio periodístico de la serie En Contexto, que busca abrir espacios de diálogo sobre temas que afectan a la sociedad.

Ocegueda compartió la historia de la desaparición de su hijo Fernando en 2007, y cómo ese hecho lo llevó a fundar una organización que acompaña a otras familias en sus búsquedas. “Cuando desapareció mi hijo, no había protocolos, no había voluntad, no había nada. Lo que hicimos fue construir desde el dolor una herramienta colectiva para que nadie más tuviera que empezar desde cero.”

Durante su participación, señaló la falta de coordinación entre instancias gubernamentales y la ausencia de protocolos eficaces en los primeros momentos tras una desaparición. “Las primeras horas son vitales, pero muchas veces lo que encontramos es indiferencia, burocracia y silencio. Eso mata.”

También habló sobre el papel de la ciudadanía en los procesos de búsqueda. “No hay institución que pueda sola. Las búsquedas las hacemos con nuestras manos, con nuestros recursos, con nuestra fe. Y lo que pedimos es que el Estado no nos estorbe, que nos escuche, que nos respalde.”

En relación con los medios de comunicación, hizo un llamado a asumir un rol más ético y comprometido. “No queremos notas amarillistas ni cifras frías. Queremos que se cuenten las historias, que se nombren los rostros, que se entienda que detrás de cada desaparición hay una familia rota y una comunidad herida.”

Al responder sobre el impacto emocional en las familias, fue claro: “La desaparición no termina con la ausencia física. Es una herida que se reactiva cada día, cada vez que el Estado nos ignora, cada vez que los medios nos reducen a estadísticas. Vivimos en duelo suspendido, y eso también es violencia.”

Al respecto, Plascencia Rosales expresó: “La desaparición forzada de personas es algo que no debería suceder. Es un crimen que desgarra a familiares, así como a las comunidades y territorios en México. Las desapariciones intentan además borrar historias, vínculos y futuros. Las personas desaparecidas no son cifras, son hijas, hermanos, madres, estudiantes, trabajadores y soñadores.”

“Cada ausencia es una herida abierta en el tejido social. Deben visibilizarse más los casos de desapariciones, no silenciarlas, porque la memoria no es solo recuerdo, es acción. La memoria exige presencia, exige justicia.”

Plascencia también señaló que la desaparición forzada desestructura el sentido de pertenencia y rompe los lazos que sostienen la vida comunitaria. “Cuando se arranca a alguien de su entorno, no solo se pierde una vida: se fractura la confianza, se debilita la esperanza.”