La comunicación es el insumo de nuestras relaciones con los demás, a cada minuto y en cada momento dependemos de la forma en la que transmitimos nuestras ideas. Conocer cómo utilizar esta herramienta debería ser una obligación profesional. Cuesta trabajo lograr la congruencia (entre pensar, sentir, decir y actuar), pero es más complicado cuando no se tienen las herramientas adecuadas para reconocer el valor de las acciones y las palabras, en un contexto que marca el éxito de las interacciones.
Como comunicóloga, puedo decir que esta disciplina es una parte fundamental en el desarrollo humano, y que tanto comprenderla como aplicarla, es un reto para profesionistas que no han tenido acceso a ella. Ejercer en este ámbito permite la colaboración con compañeros que pudieran verse involucrados en malentendidos laborales: En cualquier profesión se requiere entablar relaciones y comprender conceptos en el ámbito de la comunicación.
Como expertos en el área de la comunicación es importante generar canales de capacitación para crear estrategias que permitan mayor fluidez en la aprehensión de preceptos, más allá de lo cotidiano. Si eres comunicólogo te invito reflexionar sobre el trabajo que hacemos y lo que tenemos por hacer para ayudar a contadores, abogados, arquitectos, médicos, docentes, programadores, gerentes de empresas, jefes de recursos humanos, ingenieros, administradores y cualquier otra profesión que implique interacción humana.
Recuerda que somos seres sociales, no vivimos aislados, por lo tanto, debemos considerar a los otros en cualquier entorno (en esta cuestión el profesional), en algunos casos entablar conversaciones y hasta negociar para lograr nuestro objetivo. Es importante preguntarse ¿Cómo ser empático, humanista, solidario, altruista con las personas de nuestro entorno? Todo comienza con la forma de entender la situación, el contexto y aprender a “leer” a quienes nos rodean.
La comunicación es una herramienta vital para mejorar las relaciones humanas y así nuestra calidad de vida: cómo decir o tomar acción, en qué momento es correcto, a quién me dirijo y de qué manera lo hago (qué palabras selecciono y tono de voz), por qué y en qué lugar digo lo que pensé… ¡Es crucial! Y como expertos en comunicación debemos recordarlo constantemente.
